miércoles, 22 de abril de 2009

Bolivia: Homosexuales ganan espacio


Nueva Constitución prohíbe discriminación por orientación sexual. No es fácil ser homosexual en Bolivia. Violencia, insultos y discriminación laboral son parte del día a día. Sin embargo, la homofobia está disminuyendo paulatinamente, aseguran Alberto Raña y Alberto “Beto” Moscoso, de la Asociación Civil de Desarrollo Social y Promoción Cultural “Libertad” (ADESPROC Libertad), una organización que lucha por los derechos de la población gay, lesbiana, bisexual y transexual (GLBT), con sede en La Paz.

“Un día mi padre me confrontó: ‘Varios de tus amigos son homosexuales, ¿tú también eres gay? ¡Dime la verdad! ’, ‘¡Sí, soy gay! ’, le grité. Fue un shock para mis padres. Mi madre es muy devota y mi padre es muy conservador”, cuenta Raña, quien trabaja en el área de prensa de ADESPROC Libertad.

A pesar del giro político a la izquierda que significó la llegada al poder del presidente Evo Morales hace tres años, la sociedad boliviana sigue siendo profundamente conservadora. Tanto la Iglesia Católica como las diferentes iglesias evangélicas son “pesos pesados” en el ring ideológico boliviano y consideran que la homosexualidad es una enfermedad que se puede y debe curar.

Cuando Raña “salió del closet” a principios de los años 90, no había organizaciones dedicadas a los derechos de los homosexuales. Sólo había grupos de amigos homosexuales que se reunían discretamente para organizar fiestas, sin hacer trabajo político. Fueron amigos argentinos que conoció cuando trabajaba y estudiaba en ese país quienes lo animaron a dejar de ocultar su orientación sexual.

“Buenos Aires es otro mundo. Allí existe una mentalidad diferente y una apertura muy grande. Conocí a muchas personas con las que me podía identificar y que me ayudaron a tomar la decisión de vivir abiertamente como homosexual”, relata.

Raña trabaja por los derechos GLBT desde hace ocho años. Aunque su sueldo no es alto, siente alivio porque no se ve obligado a marcar tarjeta en una oficina donde le sería difícil mostrarse abiertamente como homosexual.

“Tendría que tener un perfil bajo e incluso ‘volver al closet’ para no perder el trabajo. Si eres gay te echan o te discriminan. Para los maestros es imprescindible ocultar su homosexualidad en las escuelas. Cuando el director de un colegio se niega a despedir a un docente homosexual, los padres de los alumnos lo presionan para que lo haga”, explica.

Moscoso, presidente de ADESPROC Libertad, dice que la organización a menudo registra casos de despidos injustificados. Existe la posibilidad de denunciar esos casos ante los tribunales y ante la prensa, pero muchas veces la persona discriminada prefiere el silencio antes que hacer público su caso.

Nueva Constitución A principios de este año, los bolivianos aprobaron en plebiscito el proyecto de nueva Constitución. En las semanas finales de la campaña, las organizaciones opuestas al proyecto apelaron a los sentimientos más conservadores de la sociedad, afirmando que la nueva Constitución autoriza el matrimonio gay, algo impensable en la sociedad boliviana. Los promotores del “Sí”, por su parte, salieron a defender el proyecto constitucional con el argumento de que el texto sólo permite matrimonios y uniones de hecho (que otorgan derechos a parejas no casadas) “entre una mujer y un hombre”.

Moscoso ha “casado” personalmente a varias parejas homosexuales de manera simbólica. Lamenta el artículo de la Constitución sobre los matrimonios, pero para él “lo importante es que se nos reconozcan los mismos derechos. No importa si se llama ‘matrimonio’, ‘unión’ o ‘concubinato’. Y un lazo legal entre personas del mismo sexo se puede crear con una ley sin necesidad de que la Carta Magna lo establezca”.

El presidente de ADESPROC Libertad considera que hay avances importantes en la nueva Constitución.

“Se prohíbe la discriminación por orientación sexual y se establece que todos los ciudadanos tienen derechos sexuales y reproductivos. Además, ahora el Estado es laico —antes era expresamente católico— y eso facilitará la creación de nuevas leyes más favorables a la comunidad GLBT”, señala.

Proceso lento Cuando Moscoso contó a sus familiares que era gay, éstos reaccionaron con asombro. Le pidieron que no hiciera pública su orientación por miedo a que sufriera violencia en la calle.

Hace sólo 10 años, la homosexualidad todavía era un tema tabú en la sociedad boliviana. Durante toda su adolescencia, Moscoso tuvo la sensación de ser un “marciano” y estaba convencido de que era el único homosexual en todo el país.

“Yo tenía un diccionario que dedicaba un artículo al término ‘homosexual’, ilustrado con fotos. ¡Como el diccionario había sido publicado en España llegué a pensar que tendría que ir a vivir a España para conocer a otros homosexuales! ”, cuenta.

Pero hoy en día, las actitudes homofóbicas han empezado a desaparecer, concuerdan Raña y Moscoso. El proceso es muy lento, pero les permite ver el futuro con optimismo.

“Los jóvenes, particularmente, tienen menos prejuicios. No están encasillados en la religión y viven más libremente”, opina Raña.

También hay una apertura institucional. Moscoso se reúne con otras organizaciones y con representantes del gobierno para formar alianzas. Fue así que ADESPROC Libertad logró incorporar un capítulo sobre los derechos de las personas de diferentes orientaciones sexuales en un plan nacional contra la discriminación.

A pesar de esos avances, sigue siendo peligroso ser homosexual en Bolivia. En el 2007 fueron asesinados tres homosexuales, aparentemente por su orientación sexual. Ese mismo año, un desconocido lanzó una bomba a los participantes de una marcha gay en La Paz, hiriendo a seis personas. Moscoso fue una de las víctimas.

“La bomba estalló a un metro de mi cuerpo y me dejó cicatrices en el estómago y el pecho. Hay grupos religiosos que intentan impedir nuestros desfiles. Pero ahora, otros miembros del público se encargan de callarlos y apartarlos”, cuenta Moscoso con la satisfacción de quien ha ganado una batalla, aunque todavía no la guerra.

— Noticias Aliadas. Noticias Aliadas / Latinamerica Press

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